...Mi cara de niña ilusionada, esa que se comía el mundo a pedazos y le daba absolutamente igual todo, esa era yo hace unos meses. A partir de aquel día todo cambió, y nunca más volví a ser la que era antes, y tal vez nunca volveré a serlo nunca más...
Suspiros repentinos. Manos que se cruzan, divertidas, ligeras. Una caricia, un beso. Y otro beso. Feliz de estar allí. Coches que pasan veloces por la carretera. Faros que iluminan como un rayo y desaparecen. Ráfagas de luz que dibujan bocas abierta, deseos suspendidos, sufridos, alcanzados, cumplidos, ojos cerrados luego abiertos. Y más y más. Como entre las nubes. Cabellos alborotados. Bocas en busca de mordiscos y coches que continúan pasando, tan veloces que nadie tiene tiempo a reparar en aquel amor que sigue el ritmo de la música, procedente de la radio. Y dos corazones acelerados que no frenan, que están a punto de chocar dulcemente